DEPORTIVO SAN MARTIN: UN EJEMPLO A SEGUIR

Dentro de todo lo malo que encierra el fútbol peruano hay cosas que desde todo punto de vista son distintas, coherentes y sería mezquino no resaltar. Me refiero al Club Deportivo Universidad San Martín de Porres, que con apenas 5 años de creación ha mostrado una responsabilidad poco habitual en el balompié nacional, que ya lo coronó dos veces en forma consecutiva.

Si bien su creación e institucionalidad dentro del fútbol profesional fue bastante cuestionada a inicios del 2004 al haber comprado la categoría al Sport Coopsol (que había campeonado en el torneo de ascenso de 2da División), todo lo que hizo después fue bastante mas ordenado, programado y sobre todo exitoso.

Claro que, como a cualquier agente nuevo en una actividad, pasó algunas desventuras que supieron sobrellevar, como la contratación de los jugadores que “sobraban” y que nadie quería contratar en el 2004 y el reclutamiento de Juan Carlos Oblitas, que sin un buen contingente de jugadores no da en el clavo. Igualmente pasó con Juan Antonio Pizzi, que es lo único que le reprocharía a Álvaro Barco, su actual Gerente Deportivo, que por dejarse llevar por su cuñado casi manda su carrera dirigencial al tacho.

Pero, insisto todo lo demás se ejecutó respetando procesos, creciendo en infraestructura, pensando en permanecer en el tiempo, sopesando contrataciones y atinando en los jales. Nadie podrá negar que la clave del éxito de la USMP radica en la permanencia del Chino Rivera como el “decano” en la parte futbolística, en la contratación acertada de jugadores extranjeros como lo fueron Ovelar y Leguizamón, como lo son Arzuaga y Ludueña.

Se suma a todo ello el apoyo incondicional de una directiva comandada por el Ingeniero Raúl Bao, que realizan un trabajo de perfil bajo que se traduce en tranquilidad para el comando técnico, jugadores y para el resto de trabajadores del Club.

Por ejemplo San Martín debe manejar uno de los presupuestos más altos del torneo pero no aparece un “Pacheco” para decir que se firmó un convenio con tal o cual empresa por cientos de miles de dólares, no salta un “Juvenal” para criticar a su propio entrenador, ni intenta figurar un “Mallqui” firmando dobles contratos.

Ojala el Club incursione en otras disciplinas deportivas para dar cátedra de manejo dirigencial, para que nuestro país se vuelva a graduar de responsable en este cada vez más lejano campo laboral del éxito deportivo…