miércoles, 17 de marzo de 2010

ALIANZA LIMA NO LA VIO EN CHICLAYO Y CAYÓ 4 – 2 EN EL SINTÉTICO DEL ELÍAS AGUIRRE

Dos minutos bastaron para dejar constancia que estaban frente a un grande. Alianza Lima, desde el pitazo inicial prendió la maquina para demoler a un impetuoso Aurich y lo conseguía casi desde el camerino, pero cuando debió dar la estocada final, dejó despertar al rival, que herido en su amor propio, tuvo una importante réplica que remeció los cimientos de un cuadro que evidenció algunas falencias que, gracias a Dios, se notaron cuando la ventaja en la tabla está marcada, casi sentenciada para nuestros intereses.

La banda derecha con Prado no es una garantía, sin marca agresiva y lento para la cobertura fue una puerta abierta para los chiclayanos; por el lado izquierdo pasó lo mismo con Villamarín – Ascoy, Manco y Guizasola estaban en su garbanzal – el medio campo aquel que fue un relojito suizo en las tres anteriores presentaciones dio mucha ventaja y no apretó las marcas como se esperaba. Aguirre y Fernández estuvieron en su partido más flojo, por eso los calificativos superlativos acostumbrados para ellos se los llevaron los del ciclón. Mención aparte para los centrales que es desde el inicio el punto más flaco del esquema de Costas. Y Libman en lo suyo, creo que más no pudo hacer.

A nadie le gusta perder, pero la derrota ante Aurich nos cae en momento justo, con ventaja en la tabla, con algunos días de distancia para replantear y reforzar el sistema y para pisar tierra firme nuevamente ya que la prensa, y por qué no decirlo, la hinchada también estaba pecando de triunfalista y veían al mortal Alianza Lima como un todopoderoso.


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